Castillo de Český Rudolec

El castillo de Český Rudolec tenía originalmente el carácter de una fortaleza gótica sobre el agua, mencionada por primera vez en el siglo XIII. Aproximadamente 300 años después, la condesa Tokelliová convirtió la fortaleza en un castillo renacentista y comenzó a embellecer su entorno. En esa época, se construyeron un parque con invernaderos, una cervecería y una destilería. A finales del siglo XVII, bajo los Trautson, el castillo fue remodelado en estilo barroco.

Tras un incendio en 1860, el nuevo propietario, el Mayor del Cuerpo de Ingenieros, Caballero Michael Angelo Picchioni, transformó el castillo en su actual estilo romántico neogótico Tudor. Gracias a su parecido arquitectónico con el castillo de Hluboká, adquirió el sobrenombre de "La Pequeña Hluboká".

Desde 2009, el castillo ha sido propiedad de la empresa Malá Hluboká a.s., que ha iniciado su restauración progresiva. Desde 2010, el castillo ha sido asegurado y parcialmente abierto al público. Para finales de 2013, se completaron los trabajos de drenaje y alcantarillado, además de la restauración de las amenazadas almenas. En 2014, comenzó la renovación de la torre de 30 metros.

Hoy en día, el concepto del castillo se basa en la idea de un complejo funcional autosostenible. La posada del siglo XVIII frente al castillo ha sido restaurada y transformada en una pensión con restaurante. La orangerie barroca ha sido convertida en un centro de bienestar con baños de cerveza. Los edificios agrícolas albergan ahora la primera cervecería de Canadá Checa, reviviendo la tradición cervecera en Český Rudolec después de 118 años. También se ha restaurado la antigua residencia del administrador del castillo, que hoy funciona como centro de información turística.