Ferrocarril histórico Tábor – Bechyně
La línea ferroviaria eléctrica más antigua del Imperio austrohúngaro es obra del genio František Křižík.
A finales del siglo XIX, se decidió construir una línea ferroviaria entre Tábor y Bechyně. Gracias a la iniciativa del “Edison checo”, František Křižík, se optó por su electrificación. Solo unos pocos años después, en 1903, comenzó a operar el primer ferrocarril eléctrico de todo el Imperio austrohúngaro.
Pero las curiosidades técnicas no acaban aquí. Al inicio del recorrido en Tábor hubo que construir un puente sobre el río, así como una planta eléctrica para suministrar energía a la línea. La singularidad de este ferrocarril también se refleja en las excepciones que se le concedieron: puede sortear curvas más cerradas y transitar por terrenos con pendientes de hasta 35 milésimas.
Actualmente, la línea ha sido modernizada, y es posible viajar cómodamente en ella. Si le gustaría experimentar cómo se viajaba aquí en tiempos de nuestros bisabuelos, no dude en subir a bordo de Elinka o de la locomotora Bobinka. Estas rutas nostálgicas operan los fines de semana de verano hasta el final de las vacaciones. Eso sí, es necesario reservar previamente para viajar en Elinka.
Accesibilidad
Operación en verano: según el horario vigente
Admisión
Sí, conforme a la lista de precios actual
¿Cómo se llega allí?
Aparcamiento: Puede dejar su coche en alguno de los aparcamientos de Tábor o llegar en transporte público (ver www.idos.cz).
Lo sabes...
La línea fue extendida hasta Bechyně más tarde, en 1928, gracias al puente llamado Duha (el “Arco Iris”).