Castillo de Choustník

Desde una de las torres, en días despejados, se puede contemplar toda la región e incluso divisar los picos de Šumava o Brdy.

Al este de esta romántica ruina envuelta en leyendas, se encuentra una reserva natural con torres de roca y mares de piedra. Si cuentas con equipo de escalada, puedes probar tus habilidades aquí.

Alrededor del año 1430, el castillo fue reconstruido por Oldřich de Rožmberk y permaneció en posesión de su familia hasta 1579. Ya en 1614 se menciona como abandonado.

Choustník fue construido en la parte más occidental de la cadena montañosa con numerosos macizos rocosos destacados, en un periodo anterior a 1282, cuando se menciona por primera vez como residencia de Beneš de Choustník. Una torre cuadrada de cuatro pisos estaba protegida por una muralla que seguía el contorno de esta formación rocosa. En la parte occidental se construyó el edificio del palacio, con una base aproximada de 20 x 10 metros. Los muros que sugieren la división original de sus habitaciones se han conservado hasta hoy, al igual que la bodega abovedada. La torre del castillo era accesible desde el palacio, mientras que la entrada actual desde el nivel del patio es de fecha posterior. La puerta de entrada estaba orientada hacia el este, y a ella conducía un puente largo y en pendiente suave, cuyos pilares aún son visibles.

Un dato curioso de esta fortaleza es que se trataba de un llamado "doble castillo", literalmente "un castillo dividido entre ellos" según el acuerdo entre los señores de Choustník. En parte de la torre oriental surgió una nueva torre más pequeña, que fortalecía la defensa contra posibles ataques desde el este. Junto a ella se construyó un nuevo edificio que llegaba hasta el mencionado palacio occidental. De este último se conserva principalmente el muro norte (que daba al patio), en el que se puede admirar una hermosa ventana ojival de granito perteneciente a la capilla del castillo.

El castillo fue renovado nuevamente bajo Petr de Rožmberk. Aunque perdió su función residencial bajo el nuevo propietario, no fue abandonado y albergaba al gobernador. Para fortalecer la parte oriental del castillo, se construyó un nuevo muro que alcanzaba hasta otra formación rocosa al este y regresaba para cerrar el nuevo patio creado.

Sin embargo, los propietarios comenzaron a cambiar rápidamente y, a finales del siglo XVI, el castillo se consideraba descuidado. En 1614 ya se mencionaba como en ruinas. A finales del siglo XX se realizaron obras algo controvertidas, reforzando las coronas de todos los muros con hormigón.

A pesar de esto, Choustník es un lugar encantador que se puede visitar por un precio de entrada simbólico. La visita se puede combinar con un recorrido por el cercano Kozí Hrádek y, por ejemplo, una subida a la torre Kotnov, el único vestigio del castillo urbano de Tábor.